#Esta mañana tenemos una temperatura de 2ºC, 0ºC en áreas
del conurbano, aunque irá subiendo conforme avance la mañana, salgan bien abrigados. Pasando a otra cosa, hoy tenemos como invitado a…#
Le di un manotazo al aire para callarla.
-¡Apagate ya! Maldito frío, no puede seguir haciendo este
clima, simplemente no lo aguanto.
A quién se lo decía, estaba solo en el pequeño cuarto del
quinto piso sobre la avenida López. No era espacioso, con paredes un
poco deterioradas, un baño, una cocina, una
cama y la mesita de luz. No necesitaba mucho más, tampoco podía pagar algo mejor,
todos los gastos se me iban en el alquiler y las cosas para la universidad.
Miré la hora, eran las 6:14am, ya estaba saliendo tarde,
salí corriendo y me tropecé con mi vieja Explorer negra; Seguro la dejé ahí
anoche, me dije. Con todo esto, se me hacía difícil tocar, porque llegaba muy
tarde a casa, pero siempre me hacía un poquito de tiempo a la noche. La acomodé
al lado de la cama y salí
El de la radio tenía razón, afuera estaba helado, había
mucho viento y poca humedad. Como siempre, había olvidado mi suéter en casa.
Que idiota soy, pensé. Sentía como el
frío penetraba mi campera y me carcomía los huesos. Estábamos en pleno Julio,
era Lunes, y pronosticaban este clima para toda la semana.
Me puse los auriculares y fui para la parada del colectivo.
Tuve suerte, vino enseguida y pude sentarme. El viaje era un poco largo, pero
estaba sentado, podía dormir. No sé cómo, pero caí en un sueño tan profundo que
soñé tan nítidamente como si hubiera estado 8 horas en mi cama caliente.
Yo estaba en una calle,
vestido con unos jeans rotos y una vieja remera mía negra, mucha gente pasaba,
apurada, pero como en off, no les prestaba atención, ni ellos a mí. Llovía,
demasiado.
Ahí fue cuando la vi, me miraba y sonreía. Me
saludaba. Estaba al final de la calle, la lluvia hacía relucir su cabello
oscuro.
Era mi novia, mejor
dicho, mi ex novia. Habíamos estado juntos por un tiempo hacía ya años, y no la
había visto desde entonces. Su rostro se
mantenía como antes, tan hermoso, tan celestial.
Me llamaba. Corrí
hacia ella, pero al llegar, había desaparecido. No pude contener las lágrimas y
caí al suelo…
Ahí desperté, el colectivo había hecho una mala maniobra y
me había golpeado la cabeza contra el vidrio. Que mala manera de empezar la
semana me dije. Aún faltaba para llegar y eran las 7am, llegaba bien por
suerte. No me permitirían otra llegada tarde.
Me quedé pensando en el sueño. Yo la extrañaba, lo sabía,
pero creí que la había olvidado. Hacía mil que no la veía. Los años que con
ella había pasado eran los mejores de mi vida.¿Y si ella seguiría pensando en mí? Recordaba el día en que,
llorando, habíamos decidido terminar con todo, mandar todo al carajo.
Qué estupideces estoy
pensando, me dije. No puedo dejar que mi pasado me atormente así.
Deseché mis pensamientos y bajé del colectivo. Estaba a 4
cuadras del trabajo y seguía lloviendo copiosamente.
En ese momento escucho a alguien llamarme.
-¡Alex! ¡Alex! ¿Que hacés ahí mojándote como un perro? Subí.
Era mi jefa, Andrea Segovvia. Soltera, alta, delgada, 30 años, morocha, de ojos
color café y mirada seductora, de esas que podían poner tímido a cualquiera.
una bellísima mujer. Habíamos tenido encuentros algunas veces, pero sólo casual.
Corrí y me metí en su auto.
-Gracias, esta lluvia me está matando. Le dije
-No agradezcas. ¿Cómo estás? Ese brillo pícaro en los ojos
me decía que seguía siendo la misma mujer de siempre, tan suspicaz, tan alegre.
- Luchando, como siempre. Me reí secamente, mi ánimo no era
el mejor y no andaba como para sus vueltas.
-Te puedo hacer una pregunta, y quiero que la contestes pensando
muy bien. Se había puesto muy seria del golpe.
-Claro. Contesté ¿No
por favor, qué se me viene? Pensé.
-La cosa es que…
Continuará